Título: Una nota en modo menor para mencionar lo moderno en Aníbal Velásquez
- Arminio del Cristo Mestra Osorio
- 25 jul 2020
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Actualizado: 25 jul 2020
Por: Arminio del Cristo Mestra Osorio
(Segunda entrega)
Este músico es el verdadero ‘Guarachero del carnaval’. La Hohner, debería tener una estatua en sus talleres para que los habitantes del pueblo de Trossingen en Alemania, se quitaran el sombrero cada vez que pasan frente a esa efigie. Aquí todavía queda la fábrica que inició Matías Hohner.
Este acordeonero sí le sacó y le sigue sacando sonido en pautados al ‘fuelle nostálgico’ como lo bautizara Gabriel García Márquez.
Y qué decir de la visión globalizadora que tenía el músico cuando afirma en una canción “que la guaracha de Aníbal se goza en el Japón y la china” e invita a comer arroz y rata esa que pasa por el alar de la casa.
En ese mundo moderno donde el país buscaba insertarse, Velásquez fue un revolucionario de la música, un transformador, un dialéctico.
Cambió el toque en el acordeón. Está comprobado en su discografía que podía tocar un porro, rock, merecumbé, paseo, bolero, cumbia, puya, con una propuesta sonora y rítmica que extraño a más de uno, incluyendo a sus mismos compañeros de ajetreo musical.
Se podría afirmar que la ‘hibridación cultural’ que es el cruce de lo culto, lo masivo y lo popular se hace presente en la escena musical de Aníbal Velásquez.
El acordeón antes y después de Aníbal Velásquez: se podría titular un gran ensayo. Él se permitió nuevas posibilidades y realiza toda una verdadera mutación musical para la época.
Me atrevo a plantear que, al lado de Luis Enrique Martínez, es el músico que encontró los vericuetos y supo sacarles ese misterio a las tonalidades, aportó muchas posibilidades musicales.
Una nueva musicalidad cargada de notas alegres, rápidas, brillantes. Con un digiteo ‘perverso’ hace de él un músico moderno y junto al ‘pollo vallenato insertan el toque del acordeón al mundo de la modernidad.
Se levantó rodeado de acordeoneros como Abel Antonio Villa, Luis Enrique Martínez, Gilberto Alejandro Durán Díaz y Guillermo de Jesús Henríquez Buitrago.
Todos ellos de una región rural que solo era tenida en cuenta por su producción agrícola. Que no estaba incluida como un territorio válido en el proceso de crecimiento y se le desconocía su papel protagónico en el desarrollo del país.
Todos estos maestros del acordeón nacen por la década de los años 20. ¿Qué está viviendo el país por esta década desde el punto de vista político, cultural, musical y político?
Lo rural en Colombia siempre ha estado caracterizado por la violencia, la tragedia y la invisibilización de sus hechos.
Esa enorme frontera que se establece entre la periferia y el poder central: lo rural es analfabetismo es oscuridad, lo urbano es adelanto, es progreso, es cultura, está abierto al mundo.
Se inicia tocando la música de acordeón la que posteriormente se va a denominar ‘música vallenata’. Al lado de Roberto Román, graban por primera vez ‘La casa en el aire’ de Rafael Calixto Escalona Martínez.
Juan Velásquez (su hermano) es quien termina relacionándolo con Carlos y Roberto Román, para conformar una agrupación musical la que termina realizando presentaciones en ‘Radio Miramar’ en la ciudad de Cartagena y posteriormente en las emisoras de Barranquilla.
La radio: la misma que ha hecho historia en el país, la dinamizadora de procesos sociales y culturales en Barranquilla.
Esa que “hace actuar la cultura oral, que dice que somos en la medida en que contamos la vida, que nos impele a hacernos acontecimiento oral, que nos produce diálogo, que nos da el derecho a la palabra propia”. Esta radio juega un papel trascendental en la vida del músico.
De este medio de información se va a valer el ‘mago del acordeón’ para su promoción discográfica la que le va a colaborar en la socialización de su producción musical.
Eso sí sin pagar un solo peso por la difusión de su música, ni creo, que los locutores de la época, directores de emisoras le hayan solicitado incluirlos en su nómina. Cero Payola.
La grandeza de esa radio tenía que ver con el reconocimiento a un músico inscrito en el mundo moderno.
En 1952 en el sello discográfico ‘Eva’ graban un disco donde aparecieron temas como ‘La casa en el aire’, ‘La gallina, ‘El alcatraz’, ‘El cometa’ y la agrupación musical pasó a llamarse ‘Los Vallenatos del Magdalena’.
Los puristas de la época y los nacientes folcloristas ortodoxos vieron con malos ojos el susodicho nombre. Aníbal y Juan Velásquez grabaron con los hermanos Román hasta el año de 1955 un total de 10 discos de larga duración.
El primer trabajo musical donde canta el ‘rey de la Guaracha’ fue en el trabajo, titulado ’12 boleros al estilo Velásquez’: aquí aparecen ‘Rondando tu esquina’, ‘Por casada’, de su hermano José Velásquez, en el sello, ‘Disco Tropical’.
Muchos coleccionistas afirman que allí arrancó su carrera profesional que fue convirtiéndose en una carrera de ascenso vertiginoso hasta este siglo XXI.
Esa fue revolución musical que se empezó a vivir en el caribe: y él fue uno de los que introduce elementos pertenecientes a la tecnología de esa época.
Una modernidad musical con el cencerro, trombón, guitarra eléctrica, bajo eléctrico, la quijada de burro, un instrumento formado con trenzas de checas (tapillas), la caja con parche de placas de rayos x, caja luminosa con focos de colores y guacharaca metálica.
Sin proponérselo impone la idea innovadora de lo que debe ser un conjunto moderno y arraigar esa variedad musical en el gusto no solo de los barranquilleros, sino que hasta el día de hoy es aceptada en lo local, regional y nacionalmente.
Para estos tiempos fue un ícono a quien se imitó, se copió y es un creador de éxitos nacionales.
El mercado nacional va a vivir una dinámica más que interesante, ya que las casas disqueras se vieron en la imperiosa necesidad de montarle competencia a este genio de la música popular en Colombia.
En ese papel de compositor pueden existir muchas posiciones sobre sus creaciones, pero lo ciertos es, que su propuesta sigue allí, así sus letras no sean un dechado de virtudes con la poesía refinada.
En el trabajo de Roberto Montes y Fausto Pérez se indica que la primera composición creada por el cantautor fue 'Gladys'.
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