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Título: Nuestras gaitas en el Festival de la Cumbiamba

  • Foto del escritor:  Arminio del Cristo Mestra Osorio
    Arminio del Cristo Mestra Osorio
  • 22 abr 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 22 abr 2020

Por Arminio del Cristo Mestra Osorio

Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

"De adentro y de la distancia

Porque aquí entre nosotros

Cada cual lleva su gaita

En los repliegues del alma.

En este camino largo,

Lleno de sombra y distancia

Sobre la tierra sentado

Voy a escuchar mi gaita". (Poeta: Jorge Artel)

Y debo escucharlas en el XXVIII Festival Nacional de la Cumbiamba a realizarse en el municipio de Cereté (Córdoba).

Solo porque en la programación de las grandes cadenas radiales de nuestro país no hay cabida para los ritmos ejecutados con este instrumento: tan nuestro como la Selección Colombia.

Primero: por un desconocimiento histórico de esta vertiente de nuestro folclor. Segundo los programadores musicales de las emisoras en F.M. no la tienen en cuenta.

Para ellos esta música no está acorde con lo que el mercado relama 'música moderna'. En tercer lugar, la poca difusión por las nuevas plataformas tecnológicas; y las casas disqueras no son protagonistas en la difusión de este ritmo musical.

Con esto no estamos manifestando que los medios de información sean los directos responsables de la no difusión de nuestras tradiciones musicales. Pero si cumplen con el papel de manipulación y conducción en el gusto del oyente, televidente o lector.

Este encuentro es el sonar de la gaita corta, alegría para los cereteanos. Además, se le apuesta a la convivencia. Un punto de encuentro de todos los años para hablarles a los visitantes del esfuerzo mancomunado donde se hace presenta la creación artística, poética, dancística, literaria con todo el vigor cultural de nuestros antepasados.

Ese pasado no es reconocido como tal por las instituciones. Mucho menos por una clase dirigente. En sumo grado no validan el aporte cultural que los pueblos realizan para el engrandecimiento estético y cultural.

Por eso, el Festival de la Cumbiamba y los grupos musicales deben estar acorde con los aportes tecnológicos en lo referente al sonido, instrumentalización, así estaremos acordes con esos aires de cambio que el mundo reclama; pero eso sí, sin perder el sentido, la esencia, el pasado histórico: esto permite mostrarnos ante el mundo globalizado.

No está demás que el festival tenga su Junta Autónoma y cuente con una partida presupuestal fija para no estar luchando en la consecución de recursos como acontece todos los años.

Por eso es bueno concertar con los tradicionalistas, conservadores, defensores de lo clásico. En ningún momento le hacemos bien a estas tradiciones folclóricas, populares, si no le aportamos elementos que beneficien a este encuentro artístico.

Aclarando, que nuestro festival cumple con un quehacer cotidiano relacionado con los diferentes procesos históricos. Visto así, el encuentro es producto de una labor social que está sujeto a los cambios, transformaciones, evolución, reproducción y desaparición del mismo.

Este no puede detenerse, anquilosarse, mucho menos acabarse. No estaría cumpliendo su proceso dialéctico como todo hecho social.

La cultura de nuestros pueblos es creación y participación de todos los sectores populares. De allí que el trabajo se centre en revisitar e investigar sobre todas las tradiciones folclóricas. Debe ser una constante para todos aquellos interesados en salvaguardar nuestra cultura.

Alrededor de nuestras gaitas giran una serie de hechos políticos, sociales, culturales, ambientales, por no decir, a más de uno les vuelve a revivir la capacidad de asombro. Como también le enseña a derrotar el miedo.

La Gaita (Instrumento) da la sensación de un fácil manejo. Nos convoca a que seamos solidarios, tolerantes, en el sentido de reconocer a ese otro, no ignorándolo. Por eso en Cereté se realiza un festival de alta competencia, entendido éste como la aceptación de la derrota y el triunfo.

El poeta Jorge Artel en 'Tambores en la Noche' le canta a la gaita, García Márquez, en su creación literaria también le rinde homenaje, qué decir de Héctor Rojas Herazo, Manuel Zapata Olivella, Raúl Gómez Jattín. El maestro Toño Fernández, quien la llevó a los confines del mundo dejando maravilladas unas culturas que se creían había rebosado todos los límites.

Nuestros músicos de gaitas no desaparecerán. Ellos son la fibra de estos procesos que se gestan al interior de nuestros territorios. Su cantar seguirá siendo el clamor para reivindicarse ante una sociedad indiferente ante sus creaciones.

Por eso debemos decirles a nuestros visitantes que aquí labramos un reencuentro con la gaita y con un ser humano llamado gaitero.

Lo grande del festival es que cada grupo enaltece el espíritu. Vuelves a vivir con cada una de sus interpretaciones. El cantante, repentista, decimero o predicador, con su ingeniería poética te hace sentir hermano de esta ciudad.

Te invita a gozar durante cuatro días con el sonido de la gaita, tambor, maracas, danza, narraciones. Toda la magia del portal del Medio Sinú. Aquí sembramos la paz, luchamos por ella, porque es la esencia de un mejor vivir.

Para esta versión recordaremos a muchos de los que el Festival de la Cumbiamba le ha tributado un homenaje, entre ellos: Joaquín Pablo Argel, Argemiro López Doria, Juancho Nieve, Germán Lambraño, Pablo Flórez Camargo, Luis el 'Cabo' Herrán, Pablo Carvajal, Petrona Martínez, El Chicho Páez.

Y porque no sugerir unos nombres para el próximo Festival: Lucy González, Antolín Lenes, Pello Torres, Octavio Bastida, Ángel Priolo etc.

Que suenen las gaitas. Que se prenda la cumbiamba. Todo un despertar. Gritaremos de felicidad, estamos vivos, le apostamos a este encuentro que revitaliza el espíritu y la condición humana.

Y quiero terminar esta breve reflexión citando el dramaturgo TS. Eliot, cuando nos dice "La cultura puede incluso ser descrita simplemente como aquello que hace que la vida merezca la pena de ser vivida": ¡eso es vida!


 
 
 

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