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Título: Los sucesos del país que no pueden pasar desapercibidos

  • Foto del escritor:  Arminio del Cristo Mestra Osorio
    Arminio del Cristo Mestra Osorio
  • 28 may 2020
  • 5 Min. de lectura

Por: Arminio del Cristo Mestra Osorio


¿Hacia dónde se dirige esta barca llamada Colombia? Esta es diferente a la Piragua de Guillermo Cubillos, que tenía su razón de ser cuando viajaba por el río ‘La Magdalena’.


No creo que sea a puerto seguro porque su Capitán no logra salir de los remolinos, meandros, bancos de arena, que se ha encontrado en su recorrido hasta el día de hoy.


Momentos críticos en la política, economía, justicia, medio ambiente, relaciones internacionales. Muertes, sangre, destrucción, hambre, corrupción, feminicidio, pandemia, programas radiales que invitan a la explotación sexual con jóvenes wayuu por valor de cinco y veinte millones de pesos.


Todo esto lo encarna un cristiano maltratador quien se refugia en una falsa espiritualidad. Nunca pensé que el locutor dentro de sus salidas excéntricas llegara a tal extremo. Me niego a creer que la provincia sea tan perversa produciendo este tipo de personajes.


El Andino -centrismo tendrá todos los elementos de juicios para darnos hasta con la manija del molino. Ojalá, esto último no sea un recurso distractor para desviar la atención del documental 'Matarife un genocida innombrable'.


Muchas salidas en falso, como por ejemplo: creer que podía derrotar el gobierno de Maduro apoyando a Juan Guaidó. Una salida que terminó fortaleciendo el remplazo de Chávez quien se aferra al poder. Utilizó la frontera, esa creación perversa del ser humano para montar un concierto que no dio los resultados esperados y concluyó en toda una payasada.


El cerco diplomático, la ayuda alimentaria no arrojaron las expectativas geopolíticas que la ultraderecha regional esperaba que diera los mejores resultados, otro fracaso para el subpresidente Duque.


Guaidó, ha ido perdiendo credibilidad hasta el punto que la oposición venezolana ya no lo mira como el mesías y están que lo quitan del cargo. Otra salida que dejó mal parado al 'presidente' de Colombia, fue la deportación de Aida Merlano a Juan Gerardo Antonio Guaidó Márquez. ¡Qué ridículo!


Qué decir de la intentona de golpe de estado organizado en Colombia contra Venezuela. Éste contó con la participación de mercenarios norteamericanos, asesor en comunicaciones, militar venezolano, armamento pesado con entrenamiento en nuestro territorio. ¿Duque no conoció ni supo nada de la operación 'Gedeón'?


Rompió relaciones con Cuba. Y se empezó una campaña perversa para que el gobierno de Trump metiera a Cuba en la lista de países que no colaboran en la lucha contra el terrorismo al lado de Venezuela, Irán, Siria, Corea del Norte.


Una salida errada con el país que siempre ha sido garante en los procesos de paz. Esto ya tuvo su efecto inmediato en la no reiniciación de los diálogos con el E.L.N.


¿Sabe a ciencia cierta el presentador, predicador, guitarrista, trapecista, futbolista, lo que le espera una vez haya pasado la pandemia?


Lo cierto es que Odebrecht, Ñeñe política, fraude electoral, corrupción, Agro Ingreso Seguro, desempleo, salud, educación, seguirán allí haciendo acto de presencia. Esperando que el Fiscal, Procurador, Contralor y las Cortes le digan a la sociedad colombiana que se han tomado todas las medidas judiciales para acabar con la corrupción.


Lo esperan unas misiones cargadas de mucho misterio con nombres fantasmagóricos como: 'Falange, 'Cóndor', 'Isidoro', 'Harel', 'Iñaki'. Sin embargo, él seguirá con su programa televisivo buscando rating.


Se hará retratar una y otra vez. Así su álbum esté cargado de fotos con personajes de dudosa procedencia como el Ñeñe Hernández.


Buscará posar nuevamente al lado del seudo-cantor de la Sierra, Carlos Vives y de la consentida de la fiscalía, Elsa Noguera, tan comprometida en los sobrecostos de los mercados como mucho de los alcaldes comprometidos con este delito. Pero a ella no le pasa nada porque pertenece al clan de los Charrr y es amiguis del caballero Duque.


Seguiremos siendo un país de pobres porque los resultados que va a dejar la pandemia son desastrosos desde el punto de vista económico, social y ambiental.


El impacto se va a sentir en el desempleo. El crecimiento no será el esperado y la pobreza rebosará sus extremos. No basta la austeridad si la corrupción sigue siendo la dama de honor en este país de gobiernos neo- liberales.


Y seguimos pronunciando el cliché de siempre que las "familias más pobres en Colombia viven con menos de un dólar" tan repetido en nuestro medio que ya no llama la atención.


Pero él sigue apostándole a su show mediático olvidando que "Esa sobreexposición no puede ser infinita, por lo que los economistas denominan la ley de los rendimientos decrecientes. La crisis del coronavirus va a durar varios meses más y ni los colombianos ni el presidente aguantan ese reporte de una hora diaria".


Tome este aparte de la 'Revista Semana' porque me llamó la atención su titular ¡La Cosa está dura! allí invitan a unos analistas para que comenten este momento que vivimos: "Esta desastrosa contracción tuvo como consecuencia lógica un impacto sobre el mercado laboral, que ya lo había sentido en marzo, cuando sólo hubo diez días de aislamiento obligatorio. El desempleo en Colombia llegó ese mes a 12,6 por ciento, es decir, 1,8 puntos porcentuales más que el mismo mes del año anterior y el peor registró en la última década. Esto significa 290.000 desocupados más, por lo que el número ya alcanzó la triste cifra triste 2,9 millones de personas sin trabajo...


El economista Eduardo Lora cree que las cifras de marzo pueden ser un poco engañosas y que en realidad pudieron desaparecer más empleos. "Esto quiere decir que las cifras de abril son brutales y veremos que los empleos cayeron de 4 a 4,5 millones de personas, la mitad de ellos informales". Esta es la dura realidad.


Acaso ustedes han visto que en su programa televisivo hacen este tipo de análisis o el Ministro del trabajo ha hecho alusión a esta compleja situación. Esto es real: no es el país virtual.


Y para terminar con los detalles que pasan en el país de Alicia deseo hacer referencia a eso que asombró a un sector de los periodistas en Colombia: el presidente eterno hablando con el señor Yamit Amat sobre el fútbol colombiano, como si él fuera la voz autorizada para tratar estos temas.


Y todavía más cuando lo sigue llamando señor presidente y le pregunta que va hacer para recuperar el prestigio y la votación de antaño. Pero el acuerdo con él fue solo hablar de fútbol como si el país solo viviera de fútbol y no existieran otras realidades que nos agobian.

Mucha familiaridad con el gestor de las convivir. Uno se asombra por la manera sumisa como lo trata. El periodista en mención se acerca con mucha precaución, por no decir con miedo, al dueño de los caballos y señor de la hacienda feudal.


La cercanía que ha tenido con el poder político no es extraña. Y todo ese referente del padre del periodismo radial en Colombia me deja muchas dudas.


Sin olvidar que él pertenece a esa élite Sirio Libanesa que también se ha hecho partícipe del poder en distintas esferas de nuestra sociedad. Muchos de ellos participaron en la parapolítica y hacen parte de la corrupción en el país del Sagrado Corazón.


Para un mejor entendimiento de lo que realiza y ha realizado el 'periodista' los invito para que lean un texto, titulado, 'Democracia y Medios de Comunicación en Colombia', del Sociólogo, Carlos Uribe Celis, en su aparte 'Democracia y Radio: El noticiero de Yamit Amat' para que puedan despejar dudas y saber cuál ha sido su trasegar en los medios de información en el país.


Por favor dejar atrás tanta benevolencia y vacuos reconocimientos a quien está al lado del poder y cuenta con el poder para narrar e informar como él quiere.


 
 
 

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